La mayoría busca mejorar su físico. Las actividades más elegidas. La conciencia sobre los beneficios para la salud, la estética y la obsesión de los hombres. Y una incógnita: ¿Alcanza con tres meses?
El salón desprende una energía que contagia. Suena música de ritmos rápidos a un alto volumen que se mezclan con conversaciones en voz alta y con algún ruido a fierro. Hay un movimiento constante entre los recién llegados, los que ya se van y los que promedian la rutina y, botella de agua en mano, le preguntan al profesor cómo seguir. El público es completamente variado: hay de todas las edades.
A la hora en cae el sol y las cervecerías empiezan sus clásicos happy hours, en los gimnasios de Mar del Plata el movimiento es cada vez más intenso: la proximidad del verano hace aumentar la concurrencia.
La llegada de la temporada está a la vuelta de la esquina y en la gran mayoría de los gimnasios de la ciudad se nota. Como suele ocurrir, el deseo de muchos de llegar en una mejor forma física al verano, acelera una decisión que se demoró por meses: la de empezar a entrenar.
“Cuando empiezan los días lindos, la gente decide empezar. Este año quizás costó un poco más por la situación general”, resumió Daniel García, responsable de la cadena de Flex.
A esta altura del año, los pedidos se repiten: bajar la panza, tonificar piernas, glúteos y “marcarse” son las solicitudes que reciben a diario los profesores. Pero rápidamente advierten: después de mucho tiempo de inactividad, es muy difícil lograr ese objetivo en tres meses.
“El gran problema es que en tres meses quieren estar perfectos. Unos llegan y otros no. Si no hiciste nada antes, no vas a estar como en las fotos, pero seguramente vas a estar mejor”, advierte García.
“Para nosotros, agosto, septiembre, octubre y noviembre son los meses que más trabajamos. Diciembre y marzo son los peores meses. Y en enero y febrero, los que tenemos sucursales céntricas, trabajamos bien con clientes de temporada”, agregó.
En Smart Center Gim también resaltaron el incremento en la cantidad de socios en las últimas semanas. “No sólo aumentó la cantidad de clientes sino que creció la cantidad de veces que vienen”, relató el responsable, Hernán Gáspari y agregó que se mantienen los socios que asisten todo el año. “Abrimos a las 6 de la mañana y llueva o truene, hay un grupo que está firme para empezar”, apuntó.
Por otra parte, señaló que a lo largo de todo el año hay mucha rotación de clientes. “Todos los meses tenemos un número de socios que deja y otro que se suma. El número final en definitiva se mantiene, pero hay mucha rotación”, explicó.
Al igual que sus colegas, Gáspari comentó que el principal pedido de los que empiezan a ir en estos meses es “llegar bien al verano”. “Son los que arrancan cuando empieza el calor y buscan mejorar su físico para la temporada. Después, en enero se produce otro recambio con clientes que vienen a veranear”, agregó.
La irrupción de los que quieren llegar en buena forma al verano se suma a la presencia de los que van todo el año. En ese sentido, en varios gimnasios coincidieron en que cada vez hay más clientes que van en forma regular.
“Ahora es más regular, no es como antes que la gente se inclinaba más en los últimos meses”, sostuvo Ariel Caltabiano, titular de Squatgim.
Los responsables de los gimnasios coinciden en que hay una mayor conciencia en la población sobre los beneficios de hacer actividad física.
“En estos años la gente se concientizó mucho más y ya no va al gimnasio sólo por una cuestión de estética. Se sabe que haciendo una hora de gimnasio por día hay muchas cosas que no le pasarían”, afirma García y remarca que hay muchos clientes de 40 años en adelante.
En la misma línea, puntualizó en la necesidad de cambiar la imagen que se tiene del gimnasio y verlo como una opción para mejorar la calidad de vida. “La mayoría tiene en la cabeza que el gimnasio es sufrimiento. Cuando estas gordito, te mandan al gimnasio, cuando tenés colesterol, te mandan al gimnasio. Muchos se inclinan por ir los últimos tres meses. Tendríamos que ver de qué manera se concientice de que es salud”, agregó.
En los últimos años se produjo un cambio importante en las costumbres. A la hora de elegir el gimnasio por razones estéticas, ya no predominan las mujeres: cada vez hay más hombres que buscan lucir bien. “Hay una vigorexia importantísima. Hoy el hombre se depila y se cuida igual o más que la mujer. Hay flacos que van al gimnasio y están bronceados todo el año. Es una cuestión generacional, era imposible que pasara hace 20 años”, afirma el titular de Flex.
— La situación económica también se hizo sentir
La crisis económica también afectó la actividad de los gimnasios. Por un lado, bajó la cantidad de clientes mientras que también influyó el aumento en las tarifas de los servicios.
“Nosotros hacemos una consulta en la que llamamos a la gente que dejó de venir y les preguntamos el motivo. El porcentaje más alto de las respuestas es que están achicando costos”, contó el responsable de la cadena Flex.
La cuota mensual para ir al gimnasio está alrededor de los mil pesos aunque hay algunos más económicos. De todos modos, García, aclaró que con esa cifra, la gente “tiene 24 o 26 días de salud”, en referencia a la cantidad de veces que puede asistir al gimnasio.
En referencia a la caída de la actividad, admitió que bajó la cantidad de clientes. “Hubo una caída, nosotros no la sentimos tanto porque trabajamos con muchos pases anuales, pero hay colegas que si sufren la baja”, afirmó.
Lo que sí disminuyó en la mayoría de los gimnasios es la rentabilidad del negocio. “Los costos fijos se nos fueron a las nubes, como a todos. Y eso influye mucho. Los alquileres no bajan y las tarifas de los servicios aumentaron mucho en los últimos tiempos, como les pasó a todos”.
En la misma línea, Hernán Gáspari aseguró que se redujo la rentabilidad y que “se siente mucho el aumento en las tarifas, sobre todo de luz y Obras Sanitarias”.